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jueves, 21 de junio de 2018

En Escuque se devolvió el Diablo

La Tierra de las Nubes: Escuque
Gráfica de Steemit.com

      Que vaina que todo lo bueno no dura mucho… Cómo olvidar aquellos días en que Escuque se transformaba en una gran celebración de pueblo, todos disfrutaban los festejos al Niño Jesús, como una gran familia… La comarca era una fiesta de ilusiones: juegos de baraja en la plaza para quien buscaba la buena suerte y meterse algunos biyuyos al bolsillo.

      El aguardiente “sanjonero” para los pobres y güisqui para los ricachones. La venta de fritangas al aire libre y la sabrosa música de la banda municipal, daban un ambiente carnavalesco a la tierra que ha dado más poetas en el Estado Trujillo…

LA CARNE DE PERRO ES MÁS SABROSA
      Hace 40 años, en Valera y Escuque, los parroquianos quedaron más que asombrados; habían desaparecido los perros callejeros, la gente del común, decía; carajo, al fin se puso las pilas el Presidente del Concejo Municipal y está recogiendo esos inofensivos canes, llevándolos para un lugar donde les darán cobijo…

      Pero el gozo no duró mucho, días después de finalizadas las fiestas, en las afueras de Escuque, encontraron las cabezas de muchos de estos animalitos, algunos escuqueños comentaron: “Coño, yo me comí más de cinco pinchos, estaban a pedir de boca”…

       Los festejos de hace unos 40 años pasaron a la historia, porque todo un pueblo había degustado la sabrosa carne de perro con sabor a cochinito frito, los pinchos, supuestamente, fueron elaborados por un experto maestro de cocina, famoso en Valera, por ser el mejor peleador callejero de la época, que al pasar el tiempo, moriría en un lamentable accidente de tránsito.…

ESE CARAJO ES UN DIABLO
      Con el Escuque de antier, se fueron los artistas de calle que hacían reír a la gente a mandíbula suelta, magos que sacaban palomas de un negro sombrero mientras los abuelos manifestaban: “esos grandes carajos tienen pacto con el mismo diablo”… De lejanos pueblos llegaban a la “Tierra de nubes” pequeños comerciantes que vendían un mágico aceite que haría crecer el pelo a los calvos, la inocencia de los coterráneos, hacía que los vendedores de ilusiones se metieran su buen billete.

      Para los viejitos, había milagrosas gotas que curaban el reumatismo, hasta los “tullidos” pueden volver a “bailar en una pata”, rezaba el cartelito a la vista del público. Las damas entradas en años, llevaban a sus casas con el mayor regocijo; pomadas para las várices más “cojonudas”. No faltaban los ungüentos que quitaban el más arrecho dolor de muelas.

      Hace 50 años, la comarca se convulsionaba, el bullicio era general, uno que otro borrachito dormía su tercera pea a plena luz del día, sin pararle para nada al “que dirán”… En aquel entonces, los adecos nombraban hasta las reinitas de carnaval, pero que importaba; se conseguía de todo como en botica, no como ahora; no hay papel ni para limpiarse el hueso de la garizapa… Hace pocos días, un primo me dijo: “Alfredo, si viene para Escuque, traiga papel pa limpiarse el c… aquí no hay ni tuzas, la revolución acabó con todo”…

Plaza de Escuque (Patrimonio Cultural)
Gráfica iamvenezuela.com

NO VOLVERÁN
       A las fiestas del Niño Jesús de Escuque, no volverán los circos con una soberana “peladera”, con unos payasos flacuchentos que parecía, tenían hambres atrasadas, igualitos a los venezolanos de hoy… Se fueron al más allá, los trapecistas que le ponían la “piel de gallina” a la gente, del susto; gritaban: “se mató”, ese hombre se mató…

      Se fue para no volver; la “chiva inteligente” que adivinaba por un bolívar quién era el escuqueño que no cargaba interiores… Los carruseles con sus caballitos de madera que hacían gozar un puyero a niños y viejos… Se fueron, las mujeres de la “vida alegre” que llegaban a Escuque, no a rezarle al Niño Jesús para lavar sus “pecadillos” o pagar promesa por un favor concedido, sino a ejercer con todas las de la ley; el oficio más viejo del mundo; vender sexo a cambio de buen dinero, obsequiaban a los hombres; horas de loca lujuria”…

     Igualmente, se fueron los venezolanos que pagaban promesa arrastrándose de rodillas por empinadas calles como retribución de agradecimiento por algún milagro del Niño Jesús…

SACERDOTE ALGO LOCO
      Con el Escuque de ayer, se fueron las “locuras del padre Monsalve”, el cura más alegre que ha conocido esta tierra, jamás se perdía una corrida de toros en erguidas calles, echador de bromas como él solo. Los feligreses lo querían con tanto fervor que le perdonaban cuando le “metía al loco”, siempre andaba apertrechado de fuegos artificiales que hacía estallar en el trasero de los escuqueños al momento que se escuchaba una enorme carcajada: jajajajaja, ¡Viva Escuque, carajo!

TOROS CALLEJEROS
       Finalmente, terminamos esta sabrosa crónica escuqueña, recordando las famosas corridas de toros, pobres y ricos compartían en pie de igualdad, se montaban en los techos de las viviendas para ver de cerca quién sería el primer trujillano al que “cogería el toro” para mandarlo directo al hospital de Valera…

       El torero “Chuy” Manzanilla lo ovacionaban con grandes gritos de “olé”, “olé”. A “chuíto” jamás un toro lo llegó a cornear, nunca sufrió ni un rasguño, se corrió la bola: “chuíto” se unta en el cuerpo manteca de tigre, lo que causaba en el animal más que terror… Ese fue el Escuque que se marchó; para jamás volver.

Fuente: DiarioElTiempo/2018/AlfredoMatheus

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