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viernes, 15 de junio de 2018

Carnavales de Ayer


Gráfica de Orlando Herrera Narváez

       Los españoles no solo se dedicaron a invadir pueblos, agarrarse las mejores tierras, castigar a los indígenas que no se hacían la señal de la cruz. De lo positivo que le debemos a los europeos en su “loca” carrera por encontrar oro, se encuentran las expresiones culturales que estos introdujeron a los países conquistados.

       Con la espada y la Cruz, España nos mandó la alegría del carnaval, el juego con agua, pintarle la cara al parroquiano, o blanquearle la cabeza con harina al tranquilo vecino. De los presidentes que más historias le acompaña, se encuentra el “Catire Páez”. Este llanero de “pura cepa “montado a caballo salía con edecanes a echarle agua a media Caracas antañona. El que se ponía bravo, lo embardunaban con pintura para que se bajaran las “rabietas”.

       Lo contrario de Páez fue José Tadeo Monagas, quien alarmado ante el desorden público que se presentaba los días de carnaval, emitió un decreto donde se prohibía jugar con agua.se podía bailar hasta el amanecer, pero, nada de bañar a los ciudadanos con sustancias nocivas.

       El decreto lo echaron al cesto de la basura, cuando el Presidente vio que los empleados de la casa de gobierno llegaban a sus labores empapados de agua. Monagas se convenció que la “costumbre se hace ley”, y si estos señores que son funcionarios el pueblo no los respeta, menos se podrá esperar que lo hagan con los demás mortales.

Gráfica de RadioLaPrimeraDeEspinar.com

CARNAVAL CAMPESINO
      Antes, cuando los caminos eran para animales de carga y no para humanos, los campesinos acostumbraban acostar sobre un chinchorro al convaleciente que por su grave enfermedad tenía que ser llevado al curandero más cercano. Igualmente las familias pobres, al momento de una muerte, y por no haber recursos para la compra de la urna, se ubicaba al difunto en un chinchorro y se arrancaba para el cementerio a darle cristiana sepultura.

      En los pueblos del oriente venezolano para simbolizar el “entierro del chinchorro”, durante los días de carnaval se organizan eventos folklóricos, se marcha por las calles en alegre caminata, escenificando el “juego del agarrote”, los “mirones” son sacados a bailar por las “locainas”, al mismo tiempo las “lloronas” con su melancólico teatro de calle pegaban unos gritos que “espantan al más guapo”. 

QUE VIVA LA SARDINA
      Si hay pueblos ricos en actos carnavalescos son los del oriente del país. En esa región se realiza el “entierro de la sardiana”. Las mujeres machete en mano van en busca de hojas de cambur que luego serán utilizadas para  elaborar el artístico disfraz que usara el marido el día de la “coronación de la sardina”, que es una fiesta de multitudes parecidas a la romería de San Benito, en los Andes y Occidente en Venezuela.

      El miércoles de ceniza culminan los festejos. Por última vez sale a pasear la sardina que es una enorme figura elaborada con cartón y madera. A las 10 de la noche, antes de ser lanzada al mar, poetas del pueblo leen maratónicos discursos de mucho contenido humorístico, donde políticos, gobernantes, comerciantes, y militares, empresarios y religiosos que hayan maltratado al pueblo con sus actuaciones, reciben la más dura “paliza moral” que le ha quitado el sueño por varios días a más de un farsante.

Gráfica de DiarioElTiempo.com

CARNAVAL VALERANO
     En tiempos que gobernaba Pérez Jiménez Valera era una gran fiesta con la presentación de afamada orquestas en distintos centros sociales de la época. En la década de los años 60, las escuelas asumieron las actividades carnavalescas con la realización de festivales de disfraces y desfiles donde la creatividad del hombre común salía a reducir a su máxima expresión.

      Hoy, las calles de Valera, recuerdan con nostalgia la comparsa “los piratas” que encabezaban el campeón internacional de automovilismo “Tarzan Hernández”. Bellas mujeres, papelillo, pitos y bandas musicales, docenas de kilos de caramelos, recorrían con “Tarzan”, la ciénaga, lazo de las acacias el centro de la ciudad, donde se prendía la gran fiestas hasta el miércoles de ceniza.

       No podemos olvidar de la “Valera que se fue”, al “artesano de la alegría”, el maestro Arnoldo Villegas, quienes antes de la llegada de carnaval, se dedicaba a construir la “burriquita”, el “pájaro guarandol”. Se iba de “domingo” para el rio material necesario para el montaje del baile de cintas.

       De barrio “Ajuro” (hoy El Milagro),salía el desaparecido artista popular con su desfile de “mamarrachos”, payasos, teatro de calle, la burriquita que jamás pudo bailarla igual en la ciudad otro que no fuera él, y un numeroso grupo de músicos que salvaron durante varios años el carnaval local.

Gráfica de Rommel Goinzález

EL CARNAVAL Y SU ORIGEN
      El carnaval tiene sus orígenes en la antigua Roma, cuando se le rendía culto a Dios Banco. Eran día de destape, de desenfreno por las debilidades de la carne: el sexo, el vino y las camilonas. Con este festín se buscaba hacer olvidar al pueblo hambriento de sus angustias.asi se descubrió una manera efectiva para divertir a los de “abajo"(la pobrecia) y entretener a los de “arriba”(la rica aristocracia) se inventó el “pan y circo”, que se haría historia y leyenda.

      En aquellos días nada estaba prohibido. Los actos de mayor degradación moral se realizaban con naturalidad y apasionamiento. En aquellas horas de “perdición “para unos y de fascínate embriaguez y sexo desbocado para otros, los hombres se convertían en mujeres, los bandidos en santos, el corrupto en benefactor, el “diablo” era el propio “Dios”…

       La perdición de hombre y mujeres, obligo a la iglesia a cortar por lo sano este alocado mundo de perversión.es así se escogen tres días para el disfrute del carnaval. Los españoles impusieron su celebración el mes de febrero para dar la bienvenida al miércoles de cenizas.

Fuente: DiarioElTiempo/1999/AlfredoMatheus

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