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sábado, 16 de junio de 2018

Enrique Omoña


65 AÑOS EN LA MÚSICA POPULAR
      Enrique Omaña nació hace 80 años, de los cuales lleva 65 ejerciendo el oficio de músico popular. El año 1954 funda el grupo musical “Valera”, en 1950 sale al escenario con la agrupación “Omaña y su Ritmo” integrado por 18 músicos, todos especialistas en guarachas, pasos dobles y cumbias que hicieron bailar a más de un valerano.

       Por casi medio siglo Enrique Omaña formo parte de la banda “Simón Bolívar”, a sus 80 años anda con más bríos que nunca, con las “pilas más puestas” que cualquier joven. Su secreto para dar el feliz año, 80 veces en esta vida es el caminar todo lo que se pueda, alimentarse de frutas y verdura, comer poca carne, nada de alcohol, menos fumar y cero con el café. Con su grupo de música de viento ha recorrido prácticamente la geografía trujillana, hoy la música de Omaña tiene especial presencia en festividades religiosas o fiestas patronales.

       Para el maestros Omaña, las bandas eran la vida de los pueblos.se tocaba música clásica, sinfonías y operas, a pesar que la mayoría de sus ejecutantes no eran músicos de academias, ni de escuelas.

La Valera de otros tiempos
       Expresa Enrique Omaña, que la Valera del año 1937, era una verdadera belleza, las calles eran de piedra y tierra, rodeada de verdes cañaverales. Las casas de paja y bahareque le daban un toque tradicional al pueblo andino. El ladronismo no se conocía, ni los políticos robaban como ahora, se podía amanecer durmiendo en la calle con una paca de billetes y nadie tocaba a esa persona.

       Con un bolívar se podía comprar un kilo de queso o un kilo de carne.


Músico con ruanas
          Recuerda el maestro Omaña, que hubo un tiempo en que los músicos de la banda “Bolívar” usaban la popular ruana que utilizaba la gente de las zonas frias, por la baja temperatura que en horas de la noche se sentía en la ciudad, un frio que llegaba a los huesos, a la hora de dormir había que echarse varias cobijas encima. El clima era parecido al de Mendoza fría y la puerta. Todo hay cambiado en un cien por ciento, parte de ese sofocante calor se lo debemos al “progreso”, a los grandes edificios, a la contaminación, dice con nostalgia el maestro Omaña.

     Cuando llegue a la banda “Bolívar”, el sueldo era de 80 bolívares mensuales, la integraban 26 músicos, por varios años ejercí la sub-dirección. Anteriormente se usaba un uniforme azul marino con su respectiva a gorra, lo que nos hacía parecernos más a policía de pueblo que a ejecutantes de trompetas, tamboras o saxofón.

        Domingo tras domingo banda tocaba el Himno Nacional y una marcha militar a las 6 de la mañana, cuando un pelotón de policías rendía honores a la bandera nacional frente a la Plaza Bolívar, lo mismo sucedía a las 6 de la tarde. “Aquello era un espectáculo muy bello, la plaza se llenaba de gente, de niños y ancianos, para presenciar un acto de verdaderos nacionalismo y amor a los símbolos patrios”.

        Hoy a sus 80 años, Enrique Omaña recorre las calles de la ciudad, ni un solo momento ha pensado de la música, para sus amigos el maestro todavía “sopla”. Su mayor orgullo; saber que los hijos también han tomado el camino del arte musical. Esta es la otra Venezuela, la de hombres que han hecho del trabajo su mayor dignidad.

Fuente: DiarioElTiempo/1994/AlfredoMathues

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