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jueves, 18 de octubre de 2018

Dime qué comes y te diré quién eres

Gráfica de francosoldi.com

      Nuestro cuerpo funciona como una máquina, para que esté en pleno rendimiento debemos cuidarlo. Aprender a comer no es difícil y está al alcance de todos. Pocas veces somos conscientes de la importancia que tiene la alimentación en nuestro bienestar físico, mental y emocional. Una de las equivocaciones más comunes es querer lograr más cosas de la noche a la mañana. Aquellos que se ven muy gordos quieren una solución inmediata, hoy, están de moda las dietas milagrosas, a la larga, es peor “el remedio que la enfermedad”.

       A través de este espacio de comunicación popular, Lcda. Soraya Linares, nutricionista-dietista, y la Lcda. Mirian Alarcón, psicoterapeuta, hablando sobre tan interesante tema, dijeron. Somos seres integrales y por lo tanto debemos ser tratados como tales, no solo en lo físico, si no en lo mental y espiritual. Muchas enfermedades que hoy padece la humanidad, como: la diabetes, obesidad, problemas cardiacos, tienen un origen genético y también emocional. 

        Los resultados nos dicen que el más eficaz tratamiento es una sana alimentación, adaptados a cada paciente, tomando en cuenta sus hábitos, sus gustos, sus necesidades. Aquí eliminamos las conocidas dietas, solamente nombrarlas ya produce rechazo en las personas. Estas famosas dietas tienen pobres resultados; comienzan los lunes y terminan los viernes.

Gráfica de BrainyQuote.com

Quiero comer pero no engordar
        Para las especialistas Soraya Linares y Mirian Alarcón, muchos problemas con nuestros hábitos alimenticios tienen su origen en el enfoque que le dan las personas a loa alimentos. Tienen la creencia que diversos tipos de comida en vez de nutrirlos y darles energía los “engordan”, creando pensamientos negativos. Son innumerables los hombres y mujeres que sufren de silencio por aquello de: “quiero comer, pero no deseo engordar”. La fuerza de nuestras emociones es tal, que, si creemos que engordaremos, lo más seguro es que en la práctica tal sentencia se cumpla al pie de la letra.

        Diversas investigaciones realizadas en los últimos años confirman que, nuestra manera de pensar tiene gran relación con los Kilitos de más que acompañan a algunas personas. Al contrario, si cambiamos nuestros pensamientos y nos convencemos que la comida nos va a alimentar, sin duda, nuestro cuerpo responderá de la misma manera. No olvidemos la frase de Henry Ford: “Si crees que no puedes, también tienes razón”.

Quererse uno mismo 
        Para estas destacadas especialistas, todo cambio comienza en nuestra manera de pensar, en transformar nuestras actitudes. Hay que prestar importancia a los mensajes o afirmaciones que emitimos diariamente, son esos diálogos internos, ese interactuar con nosotros mismos. Hay personas que desde que se levantan de la cama, sus pensamientos son: “Soy gordo”. “Soy feo”. “Estoy horrorosa”, evidentemente tu cuerpo y tu mente va a reaccionar de la misma manera, nos vamos a sentir frustrados, menos que los demás, con el autoestima por el suelo, creando un círculo vicioso que normalmente terminan en estados depresivos, de desprecio hacia uno mismo, mucha ansiedad, frustraciones, fracaso en las relaciones con otras personas.

Buena autoestimas
        En este programa que actualmente se desarrolla en el Centro Clínico “José Gregorio Hernández”, Av. Bolívar con calle 27, sector las Acacias, se asesora a los consultantes en forma nutricional y emocional con terapias dirigidas a mejorar su autoestima, fortaleciendo lo físico y mental, para lograr una recuperación eficaz que se mantenga a través del tiempo.

        Las dietas no funcionan, centenares de personas las hacen por un mes, luego, las abandonan, dice la dietista Soraya Linares. Te aburres, te desanimas, semanas después engordaste más kilos de los que perdiste. Con nuestro programa buscamos lograr un sano equilibrio entre cuerpo y mente, mejorar la salud en forma integral con un novedoso proceso de alimentación sana y, adaptados a los gustos de cada persona, donde el comer sea un regocijo y no una calamidad, donde construyas hábitos sanos que se mantengan a lo largo de los años y así lograr algo más que sagrado: ¡una mejor calidad de vida!

Fuente: DiarioElTiempo/2012/AlfredoMatheus

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