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viernes, 7 de septiembre de 2018

Ayudando a los demás


Ayudando a la ciudad, me ayudo a mí mismo, es uno de los principios 
universales de toda convivencia humana: desprenderme de mi 
“Yo Egoísta” para servirle a la gente.
Gráficas de Children.org

      Hay un grupo de trujillanos llenos de un inmenso amor por este pedazo de tierra venezolana, hablamos de quienes integran la Escuela de Liderazgo y Valores de la Universidad “Valle del Momboy” y el grupo de estudiantes que allí hacen trabajo comunitario. Hace pocos días los encontramos limpiando el parque ubicado detrás del ateneo local. Nos impresionó la pasión, dedicación y buena voluntad que los acompañaba para devolverle a nuestra golpeada ciudad un espacio para la sana recreación.

      Es este grupo de valeranos hay un impresionante espíritu para el servicio, en un país donde es común escuchar ¿Y cuánto hay pa’ eso? A este grupo de gente voluntariosa hay que valorarle su alma para la cooperación. Con que ahínco y desprendimiento trabajan a favor de las mil veces maltratada Valera, a la calladita, sin la alharaca de los políticos hacen más cosas por la comarca que muchos encopetados funcionarios que no saben dónde carajo están parados.

      Convivir es igual a ¡Yo comparto con los demás lo poco o mucho que tengo!, esa muchacha debe sentir inmenso regocijo cada oportunidad que dejan ese parque de lo más bonito, porque cuando nos damos a los demás vemos que la vida tiene sentido, un propósito, es así como se transciende, se deja huella imborrable en nuestro paso por este mundo de los vivos.

      Ayudando a los demás, ayudando a la ciudad, me ayudo a mí mismo, es uno de los principios universales de toda convivencia humana: desprende de mi “yo egoísta” para servirle a la gente. Cuando observamos a la gente de la escuela de Valores y Liderazgo y los estudiantes de servicio comunitario brindando servicio en la comunidad de Miraflores (Municipio Urdaneta), sector puente cano (en La Floresta), barrio “Rafael Caldera”, en Morón, en la parroquia Mercedes Díaz con los grupos de desarrollo humano, se nos llena el alma de inmensa alegría.

Y LOS “MIL MUÉRGANOS”
      Señores, no todo está perdido, todavía hay trujillanos que les duele alma adentro este terruño, esta comarca de los siete cerros y los “mil muérganos” que han echado vainas en la cuarta y en la quinta también.

Fuente: DiarioElTiempo/2010/AlfredoMatheus

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