Gráfica de elvenezolanonews.com
Hoy la inseguridad que viven los trujillanos es el plato del día, es el problema número uno, la situación afecta a todos los estratos sociales, pero son los más pobres los que padecen con mayor dureza este fenómeno social que cada día cobra más víctimas.
Las calles están enferma, la inseguridad ha convertido a grandes conglomerados humanos en personas estresadas y nerviosas. Si no se involucra a la comunidad en darles respuestas, los resultados no tendrán mayor impacto. El viejo aquel dicho: La seguridad ciudadana es tarea de todos y parece que no es responsabilidad de nadie.
Pegamos el grito al cielo
Cuando el pobre le toca a cada quien de restos, somos indiferentes al caos que a diario vivimos. No tenemos una cultura para la prevención, el corre-corre se hace presente en momentos de emergencia, actuamos tipo ambulancia. Lo que si está demostrado es la gran debilidad del Estado venezolano para implementar estrategias efectivas para minimizar la inseguridad ciudadana.
El responsable de que esta situación se haya agravado en los últimos años es la indiferencia de los entes gubernamentales, parece que les interesa más el elemento político, que brindarle de seguridad a millones de venezolanos y trujillanos.
Esos fiscales qué
Con la puesta en marcha del código procesal penal se pensó que las cosas iban a mejorar, lo que está a la vista, no necesita antojos, para algunos, fue “peor radio que la enfermedad”, parece que este modelo penal no se adapta a nuestra realidad, los delitos menores que son la mayoría no implica cárcel para el que los comete, ni siquiera detención, sino es conseguido en flagrancia, lo que se conoce como: “Lo agarraron con las manos en la masa”.
Los Trujillanos nos preguntamos
Así como el gobierno declara emergencia nacional cuando hay alguna situación difícil causada por la madre naturaleza, cual es el motivo que no se haya declarado estado de emergencia en materia de seguridad.
Para el criminólogo Fermín Mármol León, hay tres factores fundamentales que han potenciado el auge delictivo: la impunidad, el aumento en el consumo de drogas, el odio y resentimiento social. Otro investigador, el sociólogo Eduardo Rothe, dice: el colesterol petrolero obstruyo las arterias a políticos y gobernantes, les taponeo el cerebro, la vista y el odio, no se han terminado de dar cuenta de los barrios llenos de pobres y las ciudades llena de barrios. No han entendido nuestros dirigentes, políticos y empresarios, que es casi imposible acumular capital sin injusticia, y que la riqueza injusta produce al delincuente.
El profesor de sociología de la Universidad Central de Venezuela, Amalio Belmonte, destaca lo siguiente: A través de los años, la sociedad venezolana ha trivializado el tema de la inseguridad, como consecuencia la muerte. Una parte del colectivo venezolano ya está acostumbrada al problema de la inseguridad y ese acostumbrarse es lo que a veces provoca que no se toman medidas, porque lo vemos como un hecho cotidiano. Esto, además le impide presionar a los organismos responsables de darle respuestas efectivas al problema.
Fuente: DiarioElTiempo/2006/AlfredoMatheus
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