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Navidad es la época de mayor regocijo colectivo. Diciembre reúne ricas manifestaciones folklorico, gastrónomía, música y religiosidad popular. Las gaitas, los villancicos, los cantos aguinalditos se unen para darle mayor algarabía al nacimiento de niño Jesús. El pesebre que elaboraba “Mama Josefa” era único: un pintoresco pueblo andino en miniatura.
Como olvidar las patinadas en la plaza San Pedro, aquello era una delicia; hacer maromas de todo tipo para impresionar a los “mirones”. Los patines llegaron a Venezuela en 1920 adquiridos por comerciantes caraqueños que lo utilizaban para llevar a distintos lugares las compras que hacían los clientes. De allí nació aquel dicho popular.” Mijo; muévala y póngase los patines, porque la masa no está pa’ bollos. Los patines fueron incorporados a las misas de aguinaldos así nació un excelente compartir decembrino.
Hallacas pa’ sabrosa
En frías madrugadas, acompañaba a mi madre a hacer las compras en el viejo mercado municipal. Hace 50 años, por poco nos compra garbanzos para las hallacas por lo elevado del precio: 2 bs. el kilo. Mamá Josefa obsequiaba suculentos almuerzos navideños a humildes personajes de aquella Valera de ayer: “Gatea”, “Guacharaco”, “La viejita del bojote”, “Marcos la horca”, “Miracielos”, disfrutaban a lo grande de tan apetitosa comelona de fin de año. Esa generosidad de mi madre me marco para siempre: ayudar a los demás con lo poco que nos acompaña.
Me dejo una chiva
Por varias décadas fue la canción más escuchada los días decembrinos; del artista Tony Camargo:
- “Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas: me dejo una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra”... (Letra de la canción).
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Mata cochino
El valerano ha sido amante de la hallaca. Días antes del 24 de diciembre los famosos “mata cochinos”; Isaías Hernández, Pedro Pabón a Borbollones dándole “matarile” a los marranotes que engordaban a lo largo del año. Las amas de casa hacia su respectiva “colita” para llevarse el mejor pernil para las hallacas.
La comarca era una fiesta con la navidad de ayer, se fueron los bailes hasta el amanecer con el grupo “Miramar”, a la orquesta del Nelson Aliso, el grupo “Renacimiento”, la sonora américa.
En nuestro vecindario en la calle 14, se formaban parrandas para amanecer. La música de la Billo’s ponía a bailar a grandes chicos.
El dueño de la casa sudaba cuando regaba en la sala de baile esperma de vela para que las parejas de bailadores pudieran desplazarse con mayor facilidad en aquel hermoso “Chachachá”.
La única emisora que se escuchaba Radio Valera a cinco para las 12 del 31 de diciembre, un trasnochado locutor comenzaba con su albarca anunciado con voz de ultratumba: faltan dos minutos para que termine el año 1960 y dar la bienvenida de 1961. El grito era ensordecedor. Por todos lados se escuchaban los estruendosos fuegos artificiales que cruzaban los cielos valeranos.
La parrilla de Rosarito
Finalmente, no podemos olvidar de aquellas navidades valeranas personajes populares que hicieron historia: “Chichilin” la voz romántica del grupo musical “Renacimiento”, hizo bailar a la ciudad por muchos años. “El loco Gonzalo y su inesperable bajo que amenizo fiestas en casas de ricos y pobres. La parrilla de rosarito en la Av. El Cementerio “para chuparse los dedos”. El sabroso ají de Manuel Ángel Peña, en el “Tequendama” en las cercanías del mercado viejo. Los ricos pastelitos de Rosa Sayago en la Av. 6. Las peleas callejeras de “patachon” en el bar “Brisas de Niquitao”, jamás hubo peleador que le ganara una trifulca.
Fuente: DiarioElTiempo/2015/AlfredoMatheus
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