Gráfica de elconfidencial.com
En tiempos del feudalismo, en España, los dueños de la tierra, eran los dueños del mundo, hasta para respirar había que pedirles permiso. Cantar villancicos era penado con excomunión. Para los sacerdotes esos eran cantos del populacho, de “villanos” que no tenían donde caer muertos.
El villancico, su música de amor divino fue creación de la población campesina, la que trabajaba de sudor en sudor para los señores feudales. Los momentos de descanso lo aprovechaban para meterle al canto, así expresaban la situación de injusticias en que vivían.
En 1539, ya se escuchaban en las comarcas españolas lo que en un principio llamaron “villanescas”, eran himnos de esperanza de los villanos, sus temas podían ser populares, amorosos, eróticos, de protesta, entre otros.
La música de los villanos tomo tal fuerza que se sembró en el alma popular. La iglesia comienza a abrirle sus puertas en el siglo 16, eso sí, nada de canciones que hablaran de hambrunas, de injusticias, todas se aceptaban si eran de carácter religioso. A los maestros de capilla se les encomendaba escribir unos villancicos diferentes en cada navidad, luego se cantaban en las misas y oficios litúrgicos. Eran composiciones donde intervenían de 6 a 12 personas. El órgano era compañía inseparable.
El villancico más antiguo
Lo maravilloso de esta manifestación musical navideña en sus inicios era la mezcla de lo erótico, profano, religioso, divino, lo popular, lo culto, lo alegre y moderado.
El villancico de Manuel de León, compuesto hace 369 años se cree es el de mayor antigüedad que existe en el mundo cristiano y dice: No cesaban los pastores de fiestas, bailes y risas.
¡Que esta noche, aun el terrón/ está lleno de alegría.
¡Vaya baile, de gozo y de fiesta y baile todo el mundo, que todo está de vuelta.
Esta noche, estar loco/ es estar cuerdo. Es cierto que Dios gusta/ de estos festejos, que es de Dios la voz, dicen la voz del pueblo: ¡Y en la noche que Dios ha nacido son locos los cuerdos!
¡Vaya juego, pues Dios es niño ¡gustara de ello!
Desde el 16 de diciembre, en las iglesias trujillanas nuevamente se dejaran escuchar los villancicos con su carga de alegría. Su música retumbará en calles, pueblos y vecindarios: Ayer era prohibida su ejecución pública, hoy se ha ganado su propio espacio para recibir y celebrar el nacimiento del niño Dios.
Fuente: DiarioElTiempo/2010/AlfredoMatheus
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