Fue uno de los primeros fornidos trujillanos que vimos en calles de Valera cargando millones y millones de bolívares con la empresa Servicios Panamericanos, tiempos aquellos donde el bolívar valía todo el dinero del mundo. A raíz de un grave accidente de tránsito, donde por poco pierde la vida, se dedicó en “cuerpo y alma” al servicio del prójimo, en agradecimiento a Dios por haberle dado una segunda oportunidad de vivir.
Es conocido como El gran chaman valerano, que significa: persona que recoge la preciosa miel de la sabiduría popular preservándola para generaciones futuras. Es un poeta de la libertad con una inmensa capacidad para curar y sanar personas. Es todo un experto en medicina natural. Tubalcain La Torre, es nuestro personaje de hoy.
La medicina natural es un poder curativo impresionante, la gente no le ha dado el valor que merece: El toronjil, la valeriana y los baños de cayena para los nervios es más que milagroso. El tatúa para cicatrizar heridas no hay quien le gane. Para dormir; la flor roja de cayena nos cayó del cielo. Para la tensión alta en estos tiempos de crisis; la lechoza licuada con todo y semilla es excelente.
Tubalcain, continua su relato como especialista de muchos años en medicina natural: La diarrea más bestial la detiene la manzanilla y agua de arroz dorado, igual que el carbón vegetal. El bledo fortalece el sistema inmunológico más que cualquier medicina de farmacia. Los astronautas lo que consumen son capsulas de bledo y aquí las utilizamos para alimentar a los marranos. Como oxigenante cerebral la ciencia farmacéutica no le ha ganado a “la lochita”, humilde monte que encontramos en cualquier rincón trujillano.
De su larga experiencia con la medicina natural, Tubalcain la Torre, sentencia: Ante la situación de salud que se vive en Venezuela, los trujillanos están volviendo a tiempos de nuestros antepasados, cuando los abuelos se curaban con medicamentos naturales. La diferencia con la medicina oficial es que esta tiene efectos secundarios por tantos químicos que le acompañan.
Estoy vivo de milagro
De sus vivencias de trabajador social, destaca: El año 1979, trabajaba en los Servicios Panamericanos de Protección, sufrí un accidente de tránsito de mucha gravedad, dure 3 meses en coma, los médicos no daban esperanza de vida a la familia. Una noche soñé que un señor de larga barba blanca tomaba mis manos, de ahí en adelante comencé a mejorar en forma impresionante; todos quedaron asombrados ante mi recuperación. Tiempo después me di cuenta que me acompañaba un gran poder de sanación con mis manos, me dedique a la medicina cuántica que se resume en el poder curativo a través de las manos, he visto excelentes resultados en personas desahuciadas por la medicina oficial.
Valera es una referencia
Dice Tubalcain la Torre, en lo que hoy la Organización Mundial de la Salud habla de la psicoterapia desde la comunidad. En la Universidad Valle del Momboy, todos los miércoles; llueve o truene un numeroso grupo de trujillanos se reúne con un solo objetivo: ser mejor persona en lo emocional, en lo espiritual, en lo mental, los resultados son ejemplares; la gente va reduciendo sus estados de ansiedad, estrés, depresión, miedos, fobias. Es un grupo que hay que valorar, cuidar y respetar porque todo su accionar lo hace con el único fin de ayudar a la gente.
Los Ojos del Búho
Finalmente Tulbalcain de la Torre, el último gran chaman valerano, expresó: En los ojos del Búho, vía Isnotú levantaremos un gran templo para disfrutar la alegría de vivir, para compartir todo lo bueno que el creador nos ha dado.
Fuente: DiarioElTiempo/2015/AlfredoMatheus
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