lunes, 17 de septiembre de 2018

A San Isidro Labrador

Gráfica de Panorama.com.ve

     Regocijado deben encontrarse los hijos de Madrid. España. Allí nació uno de sus personajes de fama mundial: San Isidro Labrador, santo protector de los campesinos. A temprana edad tuvo que fajarse duro en las faenas agrícolas a raíz de la muerte de su padre. Tanta fe le acompañaba, que iba arando la tierra al mismo tiempo que rezaba su oración favorita: Padre Nuestro que estas en los cielos”.

     Quienes lo conocieron cuentan que sus animales jamás se enfermaban, mientras que la tierra que cultivaban brindaba cosechas en abundancia. Fue defensor implacable de la naturaleza, lo que hoy conocemos como ecologista. Amó con tanta fuerza la vida que a los 40 años de muerte abrieron la tumba donde se encontraba enterrado y el asombro fue general; el cuerpo estaba intacto.

     El año 1960 fue declarado por la alta jerarquía eclesiástica como santo patrón los campesinos en el mundo.

     El 15 de mayo es la fiesta a San Isidro Labrador. De los caseríos más apartados acuden los agricultores a disfrutar con el santo patrono  que ¡Quita el agua y une el sol! El que ofrece excelentes cosechas, frutos y alimentos en abundancia. Ahuyenta las plagas, cura los animales. Cuando la salud de los muchachos no está de lo mejor, se le hacen plagarías y el remedio por arte de magia llega más rápido que de inmediato.

      El día de San Isidro es la romería de “gañanes bueyes por calles de la comarca. El olor a flores, son los cargamentos de frutos que el agricultor trae de montaña adentro para obsequiarlos a los menos afortunados. Es el compartir con el que menos tiene. Es el darle a un Dios amoroso las gracias por todas las cosas buenas de la vida.

     La fiesta a San Isidro es el charrasquear de cuatros, guitarras y bandolinas. Es la serenata en voces de cantones populares. Es el Santo Rosario, unas veces cantando, otras, rezadas, para complacer a todos por igual. Es la bendición con agua bendita de bueyes, vacas, burros, chivos, ovejos, caballos, perros, gallos y gallinas. Es el baile colectivo hasta el amanecer del nuevo día.

     En el jolgorio a San Isidro comparten lo niños y viejos, pobres y ricos. Este es el único que ha podido unir a los trujillanos en una hermosa romería donde el zanjonero “Quitapesares” alegra corazones y hace olvidar tanto vainero junto.

     En Jajo, la Quebrada, Monte Carmelo, Carache y Boconó, la fiesta a San Isidro se ha conservado en todo su esplendor: fe, creencias, música, parrandas, bailes, juegos tradicionales, procesión por las calles, fuegos artificiales. El mundo globalizado no ha podido, ni podrá arrasar con tradiciones sembradas en el alma popular.

     Finalmente, a través de este espacio de comunicación popular, destacamos la palabra de nuestro amigo Pedro Paredes, cronista de Jajo, quien evocando el patrono de gañanes y bueyes dice:

     “La festividad a San Isidro es una oración cultural de nuestros campesinos para buscar en el cielo, las gotas de lluvia que harán brotar de la tierra el sustento para la sobrevivencia diaria.

     San Isidro Labrador, en tu día, escucharemos el canto humilde que te dedican los campesinos.es el madrugador repique de campanas en la iglesia de Jajo. 

     Es la feligresía en la santa misa que va a renovar bríos, energía y recibir la bendición y el santo sacramento.

     Hermanos trujillanos. Los esperamos en Jajo, done la neblina, el verdor de la montaña, el frío viento ha tejido hermosas historias. El dar del San Isidro los recibiremos con brazos abiertos y con el corazón regocijado de alegría.

Fuente: DiarioElTiempo/2004/AlfredoMatheus

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