sábado, 15 de septiembre de 2018

Hacia tiempo atrás


La Cienaga en los años 60. Fotografía de Carlos R. Parra

       El cronista popular Teófilo Maldonado, es uno de los grandes narradores de la Valera de antier. A escrito importantes historias de nuestra comarca de los últimos 60 años. Para este espacio “Domingo con lo nuestro”, nuevamente nos acompaña, narrando  algunas de esas ricas vivencias de ayer. 

EL BARBERO DE SEVILLA
       Hace 56 años  había en Valera un peluquero que afeitaba a los clientes en sus  casas. Los utensilios de trabajo los guardaba en una maleta azul amarrada con un cable y un llamativo anuncio pintarrajeado que pomposamente decía: “El barbero de Sevilla”. El pintoresco barbero, afeitaba a los  pacientes del hospital La Paz (final de la calle 10), trabajo que siguió ejerciendo en el hospital  central, donde era un experto dejando a los muertos  como nuevos.

       En una oportunidad, en la barriada la Ciénaga, la señora  Carmen Sánchez lo llamó  para que le hiciera un peinado a su hija Ana Julia. El barbero le entregó una carpeta, donde aparecían los peinados  con el último grito de la moda europea, otra vecina, la señora Olga también se entusiasmo y trajo dos hijas para que le arreglaran el cabello a la moda de la alta sociedad de Europa. Acordaron pagarle cinco bolívares por las tres niñas: A la niña Violeta le hicieron el estilo “Princesita”. A la niña Ana Julia le practicaron el estilo “Reina Victoria”.

       Las chiquillas cuando se  miraron en el espejo “Pegaron el grito al cielo”, no les gusto para nada los peinados, las madres tuvieron que “desbaratar” la faena del célebre “barbero de Sevilla”. Sencillamente  todo fue una estafa, no se parecían en nada  a los que figuraban en la revista. “El barbero de Sevilla”, lo que hiso fue poner  “una real cagada” y tuvo que marcharse “Más rápido que de inmediato”  antes que las enfurecidas mujeres  le “dejaran la peluca”.

MUERTO QUE HABLA
       Recién inaugurado el hospital central de Valera, había un personaje en la ciudad apodado “Micifus”. Cuentan que el hombre ejerciendo su oficio de vigilante en la morgue; una noche escucho unos ruidos raros que provenían de las cavas. Agarró el garrote que utilizaba como arma de defensa y se acercó hasta el lugar. 

       Se volvió a repetir el ruido y Micifus al abrir la cava escuchó las voces de un supuesto cadáver  que, titiritando de frio, le decía: señor “Micifus”, sáqueme de aquí, sáqueme de aquí; no estoy muerto”. El vigilante, le respondió: “mire, no me joda, ahorita, usted “pelo cacho” porque así lo certifico el médico Valbuena. enseguida le asesto tremendo garrotazo en la nunca, al mismo tiempo que le manifestaba:”vos no podes saber más que el doctor”.

VIDA PA' SABROSA
       “El loco  Humberto” estaba sumamente enamorado de su  novia en la Av. 4. Cada oportunidad que Humberto estaba visitando a su enamorada, llegaba un amigo, en un llamativo carro y se incorporaba a la amena conversa. Se hiso costumbre que “Humbertiño” le pidiera prestado el vehículo a su amigo; mientras este se quedaba muy alegre hablando con su novia. 

       Una noche me encontraba en la esquina de la iglesia San José y en ese momento pasó Humberto,  al verme me invito a dar unas “vueltecitas” por Escuque. En la “Tierra de nubes” me dijo: “mi amigo si es bien “guaro”, estará pensando que estoy en Valera y yo gozando de dar  y dar vueltas por la plaza de Escuque”. Lo que ignoraba “El loco Humberto” era que su amigo hacia lo mismo con su novia en Valera: dar y dar vueltas con su prometida por toda la ciudad.

AH BUEN COSCORRÓN  
       Estaba en construcción la iglesia San José, un mediodía al salir de clases, pele por la cauchera que nunca me faltaba en el bulto, comencé a tirarle piedras a las campanas, estas comienzan a repicar con mucha sonoridad, en ese instante, siento una mano sobre mi cabeza. Me quede tranquilo, mientras Monseñor Cardozo  me alisaba el cabello, de repente; me soltó tremendo coscorrón con el anillo que en vez de piedra lo que tenia era una especie de bola de billar. Monseñor me recordó: “Tenga en cuenta hijo mío, que el llamado a misa es a las 6 de la tarde, no a las 12 del mediodía”... continuará. 

Fuente: DiarioElTiempo/2015/AlfredoMatheus

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