lunes, 13 de agosto de 2018

El Soberano de la Música Campesina

Juan Bautista Leal, conocido en el mundo artístico como “Juan el campesino”

     La ciudad de Valera no se parece a ninguna. A pesar de todas las situaciones negativas que podamos enumerar, existe, también, una Valera hermosa y que nos llena de regocijo: la de los personajes que sensibilizan a la urbe con la fuerza humana y espiritual que les acompaña.

     En ¡Domingo con lo Nuestro! queremos destacar a Juan Bautista Leal. Excelente músico popular, interpreta la música campesina con un estilo que muchos envidiarían por el sabroso ritmo que le coloca a cada una de sus interpretaciones. Su pasión artística la lleva en la sangre, su padre era un eterno enamorado del violín, por allí viene su amor a la canción campesina. Para este espacio de comunicación popular, dijo:

     Comencé a cantar desde muchacho. Como a “a nadie le falta Dios” ya llevo tres CD grabados, todas las canciones que interpreto son de mi propia inspiración. En Portuguesa, Mérida y Barinas, la gente siempre está solicitando mi humilde actuación artística. Hasta los más jóvenes le gusta mi canto, que en su mayoría son de alabanza a Dios. A los pocos minutos ya están bailando todo lo que pueden.

UN DIOS LES PAGUE
      A dos grandes artistas valeranos: Gilberto Gelvis y Gregorio Chirinos. Gracias a ellos he podido hacer realidad mi sueño de grabar varios CD. Para mí la música es la propia creación de Dios en la tierra, no me imagino al mundo sin música, la tierra sería muy triste, la vida no tendría sentido. Es como cuando uno tiene un jardín y las plantas comienzan a dar flores; nos quitan los pesares.

COSAS BUENAS DE VALERA
     Ante tantas noticias negativas, tenemos que reconocer que la ciudad mantiene su alma generosa. La solidaridad del valerano. La iglesia San Juan Bautista para mí es una de las grandes joyas arquitectónicas de Venezuela. La plaza Bolívar es un espacio para reencontrarnos con la comarca de tiempos pasados.

LO QUE NO ME GUSTA
     Es la inseguridad reinante. En épocas pasadas uno amarraba la puerta de la casa con un pedazo de cabuya y salía a trabajar, ahora, se llevan la puerta con todo y cabuya.

GRAN ZAPATERO
      Antes la gente con 100 bolívares compraba zapatos de los más finos, en estos momentos se necesitan 20 mil bs y más. para lucir un “señor” calzado”. Recuerdo que muchos que se la daban de ricos botaban los zapatos casi nuevos, o los mandaban a arreglar y no volvían, hoy en día, hacen cola en mi taller para que les deje “los pisos” como salidos de fábrica.

      El humilde oficio de zapatero me ha confirmado que a uno lo tratan de acuerdo al respeto que asuma con las demás personas. Ante alguien iracundo, la respuesta blanda y comprensiva hace bajar el furor o lo rabioso que esté el otro.

EL PERDÓN NOS SALVARÁ
      Tenemos que tener presente los valores de Dios. Mientras más humilde sea la persona la bendición de Dios lo va a abrigar. Las más grandes riquezas están adentro de nosotros…Hay muchos que perdonan de “la boca para afuera” eso no funciona, el perdón debe salir del corazón, el primer beneficiado es quien perdona.

Fuente: DiarioElTiempo/2015/AlfredoMatheus

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