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Y todo cambio tiene un trasfondo favorable. Si estamos viviendo malos momentos debemos aprovecharlos para hacer reajustes en nuestras vidas, eso significa que hay algo que no está marchando sanamente en nuestras emociones. Cuando nos enfermamos a causa de nuestra actitud negativa debemos preguntarnos ¿Qué logramos? ¿Cambiamos en algo la situación personal a través de nuestros estados de ánimo negativos? ¿Nos sentimos mejor o peor?
Cuando se sienta preocupado sonría, y si puede reír a carcajada suelta, hágalo. La risa nos lleva a una actitud mental más positiva, y desde allí podemos entender mejor, desde una óptica más favorable, aquello que nos causa intranquilidad.
Recuerde que la vida es una sola, y después que se vaya al más allá, o sea, más allá de la pasarela del sector San Luis (Cementerio Jardines la Paz) es difícil que pueda reír de oreja a oreja. El reír nos aleja de cualquier situación dramática haga la prueba.
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Respeto es tener en cuenta la forma de ser del otro: valorarlo como humano que es, tolerarlo, comprenderlo y aceptarlo ¡Quien esté libre de pecados que tire la primera piedra! Y todos se quedaron “tranquilos y sin nervios”, porque absolutamente nadie está libre de alguna perturbación emocional.
Comprender es ponerse en el lugar de la otra persona, cuando comprendemos aliviamos, hacemos menos pesada la carga que llevamos sobre nuestras espaldas.
La capacidad diaria que tenemos para convivir con los demás es un termómetro que mide la calidad humana de cada uno de nosotros. Todo lo que la persona se resiste se transforma en enemigo. Es locura resistir grandes realidades que son inalterables, lo único que logramos es mayor sufrimiento.
Hay hechos consumados frente a los que no hay otra salida que una actitud de aceptación, esto no es conformismo; es respeto supremo por la realidad.
Fuente: DiarioElTiempo/2012/AlfredoMatehus
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