martes, 6 de noviembre de 2018

Los 198 años de Valera

Gráfica de estacionesworld.blogspot.com

        El jueves 15 de febrero del 2018, los artistas trujillanos se reunieron como una hermosa familia para recordar los 198 años de nuestra querida comarca, aquello fue un evento inolvidable, la calidad de nuestros cantautores es impresionante. Los mejores hijos de la ciudad le rindieron homenaje por todo lo alto en la Universidad Valle del Momboy, sede Ateneo de Valera: para todos “un Dios les pague”.

Aquella Valera 
       Un libro viviente de la Valera de siempre es Juan Morillo, en su retirado refugio en San Martín del Humo, nos contó historias de la otra Valera: hace 70 años fui testigo del entierro donde ahí asistió el mayor número de personajes, Epifanio Hernández, sobresalía como el gran alfarero, de un corazón de mucha bondad para ayudar a la gente, parecía un personaje de películas por el porte de artista, lo que le facilitaba tener novias y mujeres que se “derretían” ante su presencia. Muchas peleas se escenificaron en esas calles polvorientas de bellas damas peleándose el amor de Epifanio. 

      Sin nadie esperarlo, Epifanio murió en la flor de su juventud, su entierro llegó a reunir tres cuadras de valeranos, la ciudad quedó solitaria, todos se dirigieron a la iglesia San Juan Bautista a dar el último adiós “al valerano de buen corazón”, allí se presentaron novias, amantes y amigos. La lloradera de las mujeres fue de “señor mío”.

Millonario “peló cacho”
       También fui testigo, dice Juan Morillo,  del entierro de un conocido comerciante donde solo había “cuatro pelagatos”, y eso porque les pagaron para que cargaran la urna. 

        El señor “cheguel” tenía todo el dinero del mundo, pero era más agarrado que viejita montada en moto, no le regalaba un vaso de agua a nadie, hombre hambreado como el, jamás conocí en mis 90 años. El día de su entierro hubo que contratar a cuatro fornidos caleteros de la ciudad para que llevaran el ataúd hasta la iglesia, aquello daba pena ajena. Este personaje fue dueño de haciendas de ganado, grandes casas comerciales, y el día que murió no hubo un alma que le rezara un padre nuestro. 

El bodeguero se puso loco
      Hace 51 años quien esto escribe, recuerda como ayer, cuando el dueño de un conocí supermercado ubicado en la calle 14 le dio una soberna “chifladera”, se puso loco. Llegó al negocio en la mañana y comenzó a lanzar la mercancía hacia  la calle con el grito de: “agarren lo que quieran, la vida no vale nada”, hasta la caja registradora la echó para la calle, en minutos, comenzó a llegar gente de barriadas vecinas y dejaron el abasto más solo que Adán y Eva el día del matrimonio. 

       En el momento en que se hizo presente la familia y policía, ya nada quedaba. Las loqueras de este vecino causó que en algunas familias pobres amaneciera en sus neveras algunas patas de cochino, varios kilos de queso amarillo, mortadela de la buena, y carne de primera. 

Fuente: DiarioElTiempo/2018/AlfredoMatheus

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