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Luis Castellanos nació en el Filo de Carvajal. A su papá le gustaba cantar, no se perdía un velorio o una serenata a la luz de la luna, tiempos aquellos donde no había electricidad. Don Luis, escuchando a viejos músicos cantores de rosarios aprendió a tocar el cuatro. A temprana edad le llamó la atención el maravilloso mundo de los artistas populares, 70 años después, allí sigue, “pegado al cañón” como los buenos guerreros de luz. Para este espacio de comunicación popular, Luis Castellano, dijo:
Viví una vida con muchas carencias materiales, la pobreza tenía “cara de pocos amigos”. Sobreviví cargando leña, trabajando en haciendas, haciendo mandados a los ricos de la época. A los 12 años, me le escapaba a mamá de casa, amanecía en velorios de angelitos, ese ambiente de artistas populares me impresionaba, aquellas décimas con voz recia me estremecían de emoción; yo quería ser como esos cantores “caídos del cielo”.
Un padrino me regaló cinco bolívares y adquirí un cuatro: comencé a acompañar a los músicos en todas las parrandas. A losa años, mi papá me compró un hermoso violín, es el regalo más bello que he recibido e toda mi vida. La música ha dejado una huella profunda en mi corazón. A Héctor Suarez (padre) tengo mucho que agradecerle en la vida. Me ha brindado gran ayuda en el campo musical.
Jamás perdió un festival
A los 15 años me fui para Bachaquero Edo. Zulia, conocí a un grupo de valiosos artistas larenses, allí me dieron clases magistrales de violín popular, me incorporaron a la agrupación “Ritmos occidentales de Venezuela”, fue mi gran escuela. Un día me dijo Hugo Briceño (QEPD), “usted se va a convertir en el músico que va a dar qué hablar. Toca el violín como todo un artista: póngale corazón y pasión, y se acordará de mí”, y así fue.
En 1985 gané el Primer Festival Nacional del Violín, a nivel popular, en el estado. Mérida, participaron más de 60 artistas de todo el país. Este festival lo gané cuatro veces seguidas. Y el quinto evento los organizadores me dijeron: “Ya está bueno Don Luis, dele chance a los demás, lo vamos a poner de jurado, es la única manera que usted no vuelva a ganar el festival.
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Humildad a prueba de fama
He recibido innumerables reconocimientos en todo el país. Jamás se me ha “subido la fama a la cabeza”. Comparto en pueblos y ciudades con la gente este maravilloso talento que Dios me dio. Cuando Pedro Ruiz fue director de Cultura, crearon en Carvajal la Escuela de Música “Luis Castellanos”. Aquello está en el abandono, ni la Dirección de Cultura del Ejecutivo, ni la Alcaldía de Carvajal de brindan apoyo.
La cultura: “Corazón que escucha”
El Ateneo de Valera, años atrás tenía un movimiento increíble. Había eventos donde la gente se sentaba en el suelo, todos los asientos estaban llenos. Ahora, uno entra a esta casa de la Cultura y dan ganas de llorar. Nada justifica el estado deplorable en que está nuestra primera casa de la cultura.
Fuente: DiarioElTiempo/2015/AlfredoMatheus
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