jueves, 11 de octubre de 2018

Valera es uno de mis grandes amores

Gráfica de steemit.com

       El Estado Trujillo es una de las regiones venezolanas donde la magia del arte popular se hace presente con mayor fuerza y creatividad, rica herencia de nuestros antepasados. Lamentablemente los entes llamados a defender y preservar lo que el poeta Aquiles llamó “Podres creadores del pueblo” brillan por su ausencia, nadie sabe que están haciendo por conservar nuestro patrimonio cultural.

       Entre esa legión de hacedores de sueños está el artista Pedro Hernández, héroe anónimo del arte popular trujillano, sobresale por la calidad de sus obras, la pasión con las que las va edificando, esa fuerza de ingenio infinito que le acompaña lo hace destacar como uno de los más fieles exponentes del trabajo en escultura. De su labor creadora para este espacio de comunicación popular dijo:

       Como hacedor de cultura lo único que hago es canalizar mi adrenalina, me fijo una meta, y finalmente, le doy vida. Desde luego en ese accionar tiene que hacerse presente esa aliada indispensable como es la musa, me inclino hacia ella, la tomo y esculpo o escribo. A lo largo de mi vida son numerosos los proyectos creativos que he emprendido y los he hecho más como una satisfacción y regocijo personal que como un afán figurativo.

Sus grandes pasiones
       Para Pedro Hernández su pasión en este mundo de los vivos ha sido la escultura, el cuento y el cronismo investigativo. El cuento como actividad literaria me ha hechizado, lo gozo al máximo, disfruto con sus tiempos y converso en el plano de lo posible. Soy representante de una generación que se hizo en el combate diario de la vida. Enfrentamos creencias de todo tipo y logramos salir adelante. Siento que algunos pasajes de nuestra existencia hubiesen inspirado la vena creativa del autor del “Escarabajo de oro” y el “Poso y el Péndulo” del inigualable Edgar Allanpoe.

El maestro Prieto ejemplo de honestidad
       Del insigne educador venezolano dijo: de este viejo roble de la humanidad sembramos en nuestro ser grandes sentimientos de solidaridad y servicio por el prójimo, su libro “Empínate joven” nos causó un impacto muy grande, del maestro prieto aprendimos extraordinarias enseñanzas, de la “oscuridad hicimos luz”, jamás olvido sus sabios consejos: “frente a ti hay todo un mundo de oportunidades, alcánzalas” y fue así como un modesto joven de la calle 15 de nuestra querida ciudad de Valera logró cruzar las fronteras patrias y a su regreso trajo un cúmulo de conocimientos los cuales puso en práctica de la mano de este extraordinario investigador y científico social trujillano como fue el Dr. Hernán Méndez Castellano.

     Con esta retrospección vivencial me atrevo a decir que el hombre es producto de sus circunstancias y no de las casualidades. Todo ese bagaje ha hecho madurar mi espíritu y al igual que el poeta Neruda, “confieso que he vivido”.

Valera cómo te han pisoteado
       De la Valera de siempre, el escultor Pedro Hernández destaco: la ciudad es otro de mis grandes amores. Mis largas ausencias hicieron quererla aún más. Lamento no haberle sido más útil, sin embargo, lo he intentado. Me duele verla anarquizada e impávido sigo viendo como se le agrede; muestra de ello es la rancherización que se lleva adelante en la vía hacia el casino militar y en los alrededores de Macroval. Así no se redime al soberano, al contrario, se le degrada para mantener el clientelismo político, es toda una aberración, al soberano se le dignifica garantizándole trabajo, viviendas, servicios públicos que funcionen, mayor calidad de vida.

La ciudad es una selva de cemento.
       De sus proyectos sociocultural para la urbe valerana, el escultor Pedro Hernández, expreso: para el año 2.010 aspiro desarrollar algunas propuestas enmarcadas dentro del arte urbano buscando minimizar el impacto del concreto. Creo que la ciudad debe abrir sus espacios a la cultura en todas sus manifestaciones, hablar de la riqueza cultural que acompaña a nuestra gente. Es insólito que una ciudad que pasa de los 200 mil habitantes no cuente con un salón de exposiciones permanente. Se debe re-dimensionar su ateneo, terminar su anexo y debe volver a convertirse en la referencia cultural de la ciudad como lo fue en años anteriores.

       Igualmente debemos promocionar tribunas que permitan el disfrute y la libre discusión constructiva de sus ciudadanos. En el aspecto literario junto a un grupo de ciudadanos nos proponemos irrumpir con la editorial “Diáspora” con la cual promocionaremos el libro como herramientas de formación y análisis. Nos proponemos bautizar alguno de ellos y hacer algunos foros con sus autores. 

Buenas intenciones
       En pocas palabras en los 190 años de nuestra querida Valera estará lleno de buenas intenciones, solo esperamos que todos nos demos la mano, porque nos dimos cuenta hace un buen rato que cada quien por su lado empobrece y hace retroceder el alma cultural de los pueblos, dijo finalmente el escultor de la calle 15, Pedro Hernández.

Fuente: DiarioElTiempo/2010/AlfredoMatheus

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