martes, 24 de julio de 2018

La Valera de ayer va al liceo

Gráfica de temistoclescabezas.psuv.org.ve

      En las instalaciones del “Liceo Rafael Rangel” y Pedro García Leal” se realizaron importantes conversatorios sobre la Valera de ayer y de siempre, dirigidos a los estudiantes que servirán de guías a los deportistas que intervendrán en los Juegos Nacionales Municipales a realizarse en nuestra ciudad, talleres de historias local organizados por el departamento del turismo y dirección de desarrollo social de la alcaldía, los cuales fueron facilitados por quien esto escribe.

¿Qué tenemos?
     Somos un pueblo de ricas historias, anécdotas y vivencias, con una carga de humor único en el Edo Trujillo. Tenemos una comunidad de hombres y mujeres trabajadores que le acompañan inmensos valores humanos. A pesar de la “locura” que se vive en las grandes ciudades, en Valera todavía podemos compartir el buen día mañanero.

       La generosidad de los valeranos es uno de sus más preciados valores, se regocija haciendo el bien a los demás, le gusta servir en las dificultades, herencia heredada de esa alma campesina que comenzó  a poblar nuestra comarca a principios del siglo XIX.

       El valerano es excelente consejero. Cuando hoy en el mundo globalizado se habla que el éxito está en trabajar en equipo, ya los valeranos hacían honor a la cayapa, fue así como se levantaron los centenares de barriadas que rodean a nuestra urbe. En cayapa se construyó una de las iglesias más hermosas de Latinoamérica y una de las más altas de Venezuela (el San Juan Bautista).

       El valerano es enemigo declarado de cualquier injusticia y cuando esta es dirigida hacia los más pobres reacciona con pasión para combatirla. La sana convivencia es otras de sus virtudes, en una comunidad pueden haber cuatro o cinco azotes de barrio que le molesta la paciencia al vecindario, pero, existen mil trabajadores que llevan diariamente el sustento a la familia.

Gráfica de docentestrujillanos.blogspot.com

       Al habitante de nuestra comarca le acompaña una inmensa capacidad para sobreponerse a los vaivenes de la vida, a tanto engaño político, a expectativas no cumplidas; su alma es capaz de conmoverse ante el dolor ajeno, no le es indiferente el sufrimiento  de los demás mortales.

       El valerano tiene sembrados hermosos sentimientos de lo bueno, lo digno, lo justo, de hacer el bien y evitar el mal, si así no fuera, ya nos hubiéramos despedazados unos con otros con el estado de “locura” que se vive en las grandes urbes venezolanas.

     Hoy Valera se está convirtiendo en una referencia en construir espacios para el crecimiento humano, donde la persona es capaz  de transformarse y cambiar su forma de ser, para así ayudarse y ayudar a los demás.

     Impulsar y valorar la memoria colectiva de la ciudad es tarea de todos, la historias de los olvidados, de gente laborioso, de sabios abuelos que habitan en distintas comunidades, de hombres y mujeres con grandes valores éticos, espirituales, de allí pueden salir inmensos aportes que sirvan de ejemplo para la clase política, de modo que no continúen manipulando al pueblo a su real gana, para los empresarios: no piensen que todo es dinero, por encima de lo material está el ser, la persona, la gente, es en definitiva la mayor riqueza de una ciudad.

Fuente: DiarioElTiempo/2010/AlfredoMatheus

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