sábado, 9 de junio de 2018

Pedro Paredes: el Gordito de Michelena

El pueblo añora al “Gordito de Michelena”

        39 años se están cumpliendo del derrocamiento del régimen del General Marcos Pérez Jiménez, quien no mandó con mano de seda, pero muchos de los que conocieron las bondades de este gobierno desean algo parecido para enrumbar a Venezuela por nuevos horizontes de bienestar colectivo.

       Comparando la obra social de la dictadura presidida por el “Gordito de Michelena”, y de lo que hoy los políticos se ufanan de llamar democracia, Pérez Jiménez, queda reivindicado ante un país que se cae en cuatro pedazos por obra y gracia de una clase política, que solo le ha interesado el enriquecimiento y disfrutar las mieles del poder a costa del hambre y necesidades de venezolanos.

        A través de este espacio de comunicación popular, el pueblo cuenta su historia sobre las vivencias de una dictadura que se destacó por las inmensas obras de infraestructura que construyó, así como la seguridad social que brindaba a los ciudadanos.

Pedro Paredes (oficialista) 
       “Cuando Pérez Jiménez, no se conocían los cobradores de peaje, de ladrones nada se sabía, en fin, no había ninguna clase de alimañas. Lo que si existía era educación, seguridad, salud. La gente trabajaba con gran vocación de servicio. Los sindicalistas no iban al baile, ni tenían la fiesta de vagabunderías de las que gozan en la actualidad.

      -El respeto por las personas era sagrado, en las calles no se atracaba. Cada quien se dedicaba a lo suyo. Los que si llevaban duro eran los políticos para quienes no había compasión. Un 23 de enero de 1.958 derrotaron a Pérez Jiménez, su obra se mantiene en pie como el primer día. Allí está el Hospital Central de Valera, que llego a ser uno de los mejores de Venezuela, el liceo “Rafael Rangel”, la escuela “Eloísa Fonseca” edificaciones que son fieles testigos del gobierno de los años 50.

      -Si a Pérez Jiménez, lo dejan mandar 10 años más, este país fuera una potencia a nivel mundial.

       -Por qué no decirlo, muchos de los que vivimos esa época añoramos a Pérez Jiménez. Se ganaba poco dinero pero se compraba lo necesario para dar comida a los muchachos. La Democracia es el mejor sistema social, solo que en Venezuela ésta nunca ha funcionado para la inmensa mayoría de la población, en su nombre un pequeño grupo de políticos y empresarios corruptos se han enriquecido hasta más no poder.

José Lamus (maestro de obra)
       En tiempos del General Pérez Jiménez, uno llegaba a un negocio a hacer compras y lo encontraba solo, los clientes se cansaban de tocar, al rato aparecía el dueño de lo más tranquilo: “Disculpen pero era que estaba donde el vecino tomando cafecito cerrero”.

      La disciplina y el orden sobresalían, decirle una vulgaridad a una dama en la calle era un pecado. En el país no había necesidades, el más pobre hacia sus tres comidas. Como era un gobierno militar; huelga, protestas y paros no existían. El que se alzaba recibía “Plan y para el cuartel”. La prensa estaba censurada. Fue una época de bonanza económica, por todas partes se veía gente trabajando en grandes construcciones”.

       -Ranchos de lata o cartón no se conocían, los más humildes Vivían en su casa de bahareque o adobe. A los especuladores se les tenía a raya, había control sobre los precios. El Periódico El Nacional costaba 0,25 un día después que tumbaron al “General”, amaneció a 0,75 le aumentaron 0,50 de un solo golpe. De ahí en adelante la especulación ha vivido su mejor momento hasta nuestros días.


Más sabe el “Diablo” por viejo que por “Diablo”

      Para el oficinista Pedro Paredes y el maestro de obra José Lamus durante la dictadura se cometieron muchas arbitrariedades, injusticia también han existido en la llamada democracia, la diferencia es que el monstruo de la corrupción, el bandalismo y el hambre antes no existían como en la actualidad.

Algunos precios en la época de Pérez Jiménez, eran los siguientes:

1.      Un quilo de carne de la buena, bolívares 3.
2.      Un kilo de caraotas, bolívares 1.
3.      45 plátanos de los buenos, bolívares 2.
4.      Una camisa de calidad, bolívares 4.
5.      Un trabajador ganaba 3 y 5 bolívares diarios.

       Para los que vivieron los años de gobierno del “Gordito de Michelena”, y todavía sobreviven en la llamada democracia representativa, los tiempos pasados fueron de mayor bienestar donde la población sentía seguridad y tranquilidad. Que cada quien saque conclusiones...


Fuente: DiarioElTiempo/1997/AlfredoMatheus

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