viernes, 4 de mayo de 2018

Una Valera para soñar

Avenida 10 con calle 13. Valera

       La gente se ve por las calles felices y contentas, todos marchan a sus trabajos, desempleados no hay. Problemas existen pero entre todos se van resolviendo. Esta ciudad es la más bella que he conocido.

       En la Valera que soñamos: todas nuestras necesidades básicas están satisfechas, los precios de los alimento son más que solidarios de allí que en casa no falta nada. Gracias damos porque tenemos un trabajo digno y bien remunerado. Aquí a nadie se humilla por sus ideas, a nadie se maltrata por creer en tal  o cual cosa. Si queremos estudiar, todas las universidades nos abren sus puertas, para nadie hay obstáculos a la hora de formarse en una profesión digna.

       En los hospitales la atención es más que humana, excelente, ni en casa nos tratan tan bien. Si vamos a una alcaldía u otra oficina pública nos reciben con una sonrisa de oreja a oreja: buenos días, pase adelante ¿En qué podemos servirle? ¿Para qué somos buenos? La burocracia municipal funciona a millón. Los empleados públicos son bien remunerados para que no caigan fácilmente en corruptelas, el que se va involucrando en cosas raras es botado de la administración pública de por vida.

Avenida 9. Valera

       En la Valera que soñamos, nadie roba, los alcaldes son incorruptibles, los gobernantes mandan para el mismo carajo a todo aquél que  venga con propuestas indecorosas. La clase política le sirve a la gente, no se sirve de la gente, jamás aprovecha el poder para enriquecerse, para el lujo y el confort. Los diputados informan a la colectividad de sus acciones, actividades realizadas, ninguno practica la “viveza criolla” o el robo al erario público a través de negocios turbios.

       Los servicios públicos funcionan a mil maravilla, el agua llega a todos por igual, los apagones son oscuros recuerdos del pasado, las colas interminables pasaron al olvido (varios elevados cruzan la ciudad), la seguridad ciudadana es sagrada, a todos se les garantiza el derecho a la vida, el hampa fue derrotada a través del programa de prevención y fuertes acciones respectivas, quienes cometen un delito (rico o pobre) paga con cárcel.

Alonso Herrera. Gran corredor

       Valera es la ciudad de los parques, hacia el norte y el sur de la ciudad encontramos los más bellos espacios para la sana recreación, el deporte es actividad obligatoria de la salud mental y emocional del valerano, se trabaja en comunidades, centros de estudio y empresas, siempre potenciando la calidad de vida del individuo.

       La ciudad que tenemos a la ciudad que queremos no es un sueño imposible de conquistar, si otros pueblos del mundo lo logran, con menos recursos que los nuestros,   nos indican que poder es querer, tenemos que prepararnos, formarnos, conocer experiencias en distintas comunidades. Llevar a la alcaldía y gobernación a trujillanos que les duela su tierra, que sean sensibles al clamor colectivo, que estén ganados a construir procesos sociales con la gente, que tenga capacidad para escuchar (impartir), sumamente creativos para mirar más allá de la nariz, inteligentes y capaces, que tengan suficiente humildad para darse a mano con la sabiduría del pueblo. 

Fuente: DiarioElTiempo/2008/AlfredoMatheus

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