domingo, 27 de mayo de 2018

Remembranzas de Escuque: cuna de insignes artistas y creadores

Gráfica de historiayculturadeescuque.blogspot.com

       La acogedora “tierra de nubes” ha hecho historia en la región trujillana, cuna de insignes artistas y creadores que hoy son referencias en la cultura nacional, en 1925, el consejo municipal integrado por munícipes que en verdad amaban y defendían el pueblo crearon un impuesto a los cigarrillos (uno de los primeros en Venezuela) con la finalidad de donar el dinero recaudado al Colegio de Valores que estaba a punto de cerrar sus puertas a causa de la “peladera” que allí se respiraba.

Escuqueño de buen corazón
Fue el general Albano Mibelli, “pelo en el pecho” y aquellas bien puestas, sobresalió en el campo de batalla, el dictador Juan Vicente Gómez, lo mandó con sus huesos al Castillo de Puerto Cabello, en 1936 al recobrar la libertad, se convierte en todo un héroe popular, de dormir en mugrientos calabozos, pasa a dirigir la gobernación de Caracas.

      Albano Mibelli, el escuqueño de corazón bondadoso, no olvidó el pueblo que lo vio nacer y como regalo hace llegar a  Escuque miles de saco de cemento para que se construyeran calles, aceras y la plaza Bolívar, el general era tan buena gente que al barbero y poeta más querido, Don Marcial Maldonado le regaló un moderna silla de barbería que hizo estallar de alegría al popular barbero.

El relojero Don Guillermo
     Huyendo de la segunda guerra mundial y buscando un lugar de santa paz y gente menos muérgana, en 1941 llega a Escuque un relojero Alemán, el populacho lo bautizó “Don Guillermo el musiu”. En poco tiempo se convirtió en el experto mayor que arreglaba a los parroquianos todo tipo de reloj, no sin antes señalarle a la clientela el famoso aviso de: Hoy no fio, mañana sí. 

La construcción del templo
      Se dio inicio en 1910, obra que dirigió el maestro de albañilería Lisímaco Puente, el pueblo se volcó a levantar lo que se convertiría en una de las más hermosas iglesias trujillanas. Día y noche la gente se esforzaba en edificar el templo del Niño Jesús, en hermosa cayapa la comunidad en una acción de cooperación y solidaridad ayudó a construir toda una obra de ingeniería que hoy es disfrutada por propios y extraños.

El reloj de Don German
Dicen que “que maracucho bueno muere chiquito”, pero es una gran mentira, de la tierra del sol amada (Maracaibo) llegó a Escuque Don German Gallego, para obsequiar al templo un majestuoso reloj que había adquirido en Alemania, al aparato le acompañaba una nostálgica música que anunciaba a los parroquianos el inmortal Ave María.

El reloj de Don German se metió en el alma de los escuqueños, despertaba a la población con su llamativa música mañanera, los enamorados se guiaban por el gigantesco reloj para ir al encuentro de la mujer amada.

La muerte del pintor
Parissi, fue un excelente artista, su creatividad pictórica era más que resaltante, se dedicó con la mayor pasión a pintar el interior de la iglesia con hermosos paisajes del cristianismo. Parissi era un eterno y consecuente artista, se enamoró tanto con la obra que estaba dejando para posteridad que, en una fría mañana, cuando comenzaba su faena creadora, su cuerpo cayó al vacío, su sangre quedó como huella perdurable del pintor que amo hasta la muerte a la “tierra de nubes”.

Las corridas de toros
       Eran compartidas con todos en pie de igualdad, pobres y ricos se montaban en los techos de la vivienda para ver quién sería el primer corneado de la tarde, al torero “Chuy” Manzanilla los parroquianos lo ovacionaban con ensordecedores gritos olorosos a miche zanjonero, a “Chuito” jamás un toro lo llegó a cornear, se corrió la bola, que se untaba en el cuerpo manteca de tigre, lo que causaba en el animal no respeto, sino terror.

       Igualmente sobresalió como torero callejero “El flaco Nariño”, jamás se conoció de donde venía, ni el nombre de pila, el flaco, entusiasmaba a la comunidad con su caminar cantiflérico, luego de finalizar su faena, recogía en una desteñida gorra las monedas que los amantes de la fiesta brava le depositaban como un “Dios le pague” por tanta valentía que le acompañaba.

El padre Monsalve
Jamás se perdía una corrida de toro en la calle, fue el cura más alegre y echador de broma, que conoció Escuque, su entusiasmo por la vida contagiaba a sus feligreses quienes le perdonaban cuando le “metía al loco”, siempre se hacía acompañar por docenas de fuegos artificiales que tronaban en el trasero de los escuqueños.

Las mejores fiestas
       Se realizaron cuando el Coronel Dune Heres ocupó la jefatura civil del distrito, este hombre no se resbalaba en lo seco, menos en lo mojado, salía de su despacho a recabar fondos para las fiestas, le imponía a los comerciantes sus cuotas de colaboración, comerciantes que se las daban de vivos y se negaban a bajarse de la mula no podía abrir la guarapera durante los días de fiesta.

       El Coronel Dune Heres, fue amante y defensor de la ecología, por varios días mandó a un calabozo al rico hacendado Salomón Abreu, porque este valiéndose de Don dinero se dio a la tarea de derribar una montaña de árboles, este hacendado fue el mismo que años más tarde enviará pero a Antonio Fernández, el “hombre del anillo”.

Fuente: DiarioElTiempo/2008/AlfredoMatheus

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Regresa por más

Anuncios Google